El mercado de los videojuegos se está moviendo hacia una fragmentación que abre escenarios muy interesantes. Por un lado, tenemos los títulos "triple A" (por ejemplo, FIFA, Metal Gear Solid, Uncharted) que disfrutan de un presupuesto alucinante para su construcción; Hay otros pequeños desarrolladores independientes, los llamados desarrolladores independientes, gracias a su pasión, su originalidad y la visibilidad dada a él por los servicios de distribución digital, logran producir videojuegos pueden convertirse en fenómenos sociales reales (justo piensa en lo que sucedió con Minecraft).